Monteros acapara la atención educativa de la provincia, luego de que alumnos de tres de sus escuelas fuesen los protagonistas de la final realizada anoche de Enseñame Tucumán. Para Verónica Ovejero y Silvia Nassif, no fue una sorpresa, sino una confirmación: las investigadoras fueron las responsables del libro “Historia del municipio de Monteros”, donde pudieron relevar de primera mano la trascendencia y presencia de instituciones formadoras a lo largo del tiempo.
“No nos sorprende que haya habido un fuerte compromiso por parte de las instituciones educativas y de los estudiantes con este proyecto tan interesante que está llevando adelante el Ministerio de Educación. Es un mérito de los y las participantes y sus docentes haber llegado a esta instancia; en algún sentido, es inevitable pensar que están honrando su propio pasado comprometido con la educación pública y de calidad”, destacan en diálogo con LA GACETA.
El libro integra la colección de historia de los municipios impulsada por la Provincia para conmemorar el Bicentenario de la Independencia, coordinado por Gabriela Tío Vallejo y publicado en 2017. “Estábamos ante un desafío muy grande ya que Monteros cuenta con una historia muy rica, desde la fundación de Ibatín hasta ser una de las principales ciudades del sur tucumano, con su dinámica urbana, económica y social de la economía azucarera, pero también por su destacada tradición cultural y educativa. Esperamos que toda la colección llegue cada vez a más escuelas y motorice un interés por la propia historia que es una de las grandes aspiraciones que tuvimos”, señalan.
El relevamiento se basó en “algunos ejes claves para realizar una reconstrucción que permitiera abrir nuevas preguntas para futuras investigaciones -plantean-, y también analizamos el desarrollo del territorio departamental desde los pobladores originarios hasta la actualidad”. “Contamos con una gran ventaja ante otros territorios relevados: Monteros tiene una importante producción local que se ocupó de registrar y escribir su historia en las obras de Tulio Ottonello, Arturo Zelaya y José Luis Albarracín, de gran utilidad para iniciar la investigación. Fueron fundamentales el Archivo Histórico de Tucumán; el de LA GACETA; las bibliotecas Bartolomé Mitre, Popular Obrera María Luisa Bufo de Ferro y Popular Arturo e Isauro Arancibia y archivos privados”, agregaron.
- ¿Hubo algo que les llamó la atención especialmente?
- Sabíamos que esa zona contaba con una rica historia, pero nos sorprendió la fuerte impronta que tiene la Escuela Normal a lo largo de todo el siglo XX en cada una de las generaciones, que fue una productora de maestros para toda la región, un aspecto que excedió lo meramente educativo para convertirse también en un centro de poetas y artistas de gran valor. Esta identidad se forjó íntimamente asociada al azúcar y a los ingenios, en especial a un actor fundamental de la región: los pequeños y medianos productores cañeros. Otro aspecto es que, a la par de esa fuerte vocación educacional, protagonizó importantes luchas políticas y sociales y forjó grandes combatientes, desde trabajadores azucareros que en los años 60 llevaron adelante las luchas gremiales frente a las políticas de ajuste, los embates del cierre de los ingenios a partir de 1966 y la represión de las dictaduras militares, a docentes como Isauro y Arturo Arancibia, asesinados el 24 de marzo de 1976.
-¿El libro tuvo como destino ser estudiado por alumnos?
- Así es. La colección se propuso llegar a todxs los tucumanos, a un público amplio, con la aspiración también de que llegara las aulas para que fueran trabajados por los y las estudiantes de diferentes niveles. Destacamos la importancia de la Universidad Nacional de Tucumán y su trabajo conjunto con la Provincia, como así también los aportes brindados desde los distintos municipios. Se buscó ser un aporte a una historia provincial desde una mirada descentralizada, para indagar sobre las particularidades y especificidades de cada territorio en un diálogo permanente entre esas identidades locales con la provincial.
- ¿Qué aporta conocer el origen del lugar que habitamos?
- Conocer la propia historia permite mirar el pasado desde nuevas perspectivas. Es una herramienta para fortalecer nuestra identidad y reivindicar el pasado de generaciones que construyeron prácticas y costumbres que persisten hasta hoy, que protagonizaron luchas y dejaron una marca que perdura. Revalorizar la propia historia debe ser una obligación de las instituciones educativas del Estado; también es un compromiso que la historiografía local debe asumir bajo una mirada descentralizada.
- ¿El relevamiento realizado abarcó el territorio?
- Sí, fue un gran desafío pues no nacimos en Monteros y viajamos frecuentemente allá. Realizamos entrevistas a referentes significativos tanto de la política, el trabajo, la cultura y la educación para conocer más a fondo las principales problemáticas pasadas y presentes del municipio. Todos nos abrieron las puertas de sus casas con mucha alegría, compromiso y generosidad.
Enseñame Tucumán: los chicos la escuela Normal Julio A. Roca se consagraron campeones y su curso viajará a Carlos Paz- ¿Cuáles aspectos o temas no pudieron incluir?
- Muchas cuestiones quedaron afuera y esperamos que puedan ser trabajadas por otros historiadores, como las distintas etapas del municipio en el siglo XX, las fuerzas políticas en las distintas gestiones, las relaciones con los gobiernos provinciales y lo más reciente desde el regreso de la democracia o los excombatientes monterizos que participaron de la guerra de Malvinas.
- ¿Cómo evalúan la idea de Enseñame Tucumán?
- Una iniciativa muy creativa, más la motivación con premios como el viaje para los egresados. Se necesitan más iniciativas que alienten a indagar más en la historia de nuestro pueblo, a tender puentes con sus propias familias. En ese sentido, en un contexto en el que a nivel mundial se propaga la eliminación del conocimiento de los procesos históricos, plagados de noticias falsas, es un gran acierto la realización de estas actividades. Interrelacionar lo lúdico con lo pedagógico es clave en tiempos donde el interés por la lectura se encuentra ante el desafío de contrarrestar los efectos de las redes sociales: la información fácil, rápida y efímera que circula por las redes, que muchas veces son falsas. Tal vez lo lúdico represente una estrategia para canalizar las demandas de los estudiantes de nuevas formas de aprender y para los docentes de nuevas formas de enseñar.
VIDEO. Reviví la gran final de "Enseñame Tucumán"- ¿Qué les pareció el programa?
- Nos gustó mucho. Aspira a que los estudiantes den cuenta de las lecturas que llevaron a cabo en todo este proceso, además de fomentar el trabajo en equipo. Todo eso es importante en la construcción del conocimiento. Transmitir el interés por la historia es el gran logro del programa. En toda instancia de evaluación hay un aprendizaje, pero también puede ser divertido y fundamentalmente dejar las ganas de seguir conociendo sobre la historia de Tucumán.